El viernes 13 de noviembre, en la parroquia Izamba, se registró un hecho de violencia. Luego de las autopsias realizadas a una pareja que fue encontrada sin vida, se indicó que se trataría de un femicidio-suicidio.
De acuerdo al capitán Marco Salazar, jefe de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), “Conocemos que la señora habría sido asfixiada por su ex conviviente. Se están investigando las causas precisas del delito”, indicó el funcionario policial. Luego de matar a su expareja, el hombre se habría suicidado, según información de La Hora.
¿Cómo pasó?
A las 05:30 de la madrugada, uno de los hijos de la pareja fue a la habitación de sus padres para indicarles que habían timbrado a la puerta. Fue en ese momento que el pequeño se topó con la tenebrosa escena: sus padres yacían sin vida.
Su madre, Verónica R., de 37 años, estaba asfixiada en la cama. El hijo intentó reanimarla, sin éxito, ante lo que fue al baño para buscar a su padre, Luis V., de 51 años, que estaba colgado de una soga.
De acuerdo a información de familiares y amigos consultados por La Hora, la pareja tenía problemas de convivencia desde hace algún tiempo, por eso se habían separado hace seis meses. Tenían problemas por dinero. La noche anterior a la muerte, habrían tenido una fuerte pelea.
En la escena del crimen se encontraron dos cartas que fueron escritas por el presunto femicida-suicida. Ante estos hechos, el comandante de Policía, Richard Karolys, jefe de la Subzona de Tungurahua, mencionó que “existen cartas en las que se pide disculpas de lo sucedido; y les piden a los hijos que sean unos profesionales y que el negocio familiar quede a su cargo”, manifestó Karolys. La pareja deja dos hijos en la orfandad, uno de 18 años y el otro de 15.
Luego de realizado el levantamiento del cadáver, la Dinased trasladó los cadáveres hasta el Centro de Investigaciones Forenses, donde se hicieron las respectivas autopsias.
El entorno social pesimista incrementa la violencia
Ante una situación socioeconómica sin precedentes como la actual, en donde ha aumentado el desempleo, se han dado quiebras de empresas y otros problemas derivados de la pandemia, como el incremento de la informalidad, la actitud de la ciudadanía es conflictiva.
Es lamentable que hechos tan violentos como este sigan sucediendo, uno tras otro: suicidios, homicidios, asesinatos, asaltos a mano armada y otro tipo de delitos. Es urgente que las autoridades locales y nacionales actúen decididamente para mejorar el clima social en Ecuador, que se encuentra muy deteriorado.
Un llamado a los profesionales de la salud mental
Asimismo, ante esta situación es fundamental que los profesionales de la salud mental hagan consultas pro bono (gratuitas) para llegar a atender a la gente que más lo necesita, en un contexto de crisis como la actual en donde muchos no podrían pagar una consulta.
En el caso de los hijos de la pareja fallecida, las autoridades y familiares deben hacerse cargo ante una tragedia como aquella. Ojalá que sean bien atendidos y protegidos ante una sociedad indolente.
Es necesario que los psiquiatras, psicólogos y demás terapeutas ayuden a la población más vulnerable debido a que esta pandemia ha incrementado los cuadros de depresión, ansiedad y otras patologías mentales que deben ser atendidas oportunamente. Recordemos que una población con salud mental, es una población sana y resiliente ante las adversidades actuales.
