Por: Luis Fernando Torres
En la quinta economía del mundo, el desprestigiado gobernador demócrata, Gavin Newson, conservó su cargo en un agitado proceso de revocatoria de mandato. Los californianos progresistas optaron por mantenerlo a la cabeza del estado ante el temor que lo sustituyera un prestigioso comunicador afroamericano vinculado a Trump.
El miedo fue el arma que utilizó Newson para remontar encuestas muy desfavorables, en las que una amplia mayoría le cuestionaba por los cortes energéticos, el crimen urbano, la mendicidad en las ciudades, el destrozo de los bosques, las prohibiciones para movilizarse durante la pandemia y los altos precios de las viviendas.
Tan potente es la economía de California que sólo le superan Estados Unidos, China, Japón y Alemania. Con una población cercana a los 40 millones ha superado a Inglaterra, Francia, Italia, Rusia, India, Brasil y México. Los niveles de productividad son muy altos en ese territorio más grande que el del Ecuador.
Su Constitución es demasiado larga para el gusto estadounidense. Sin embargo, ha perdurado por más tiempo que otras constituciones breves. Con algunos cambios, rige desde 1849. En esa estabilidad constitucional se encuentran algunas explicaciones del éxito económico del estado y de importantes desarrollos en materia de derechos, como la abolición de la pena de muerte y la eliminación de tratos crueles a delincuentes. En su momento, los jueces alegaron que la Constitución de California consagraba derechos incompatibles con medidas contrarias a la vida y a la integridad física, amparadas en la Constitución federal.
Vivir en California es muy costoso y, por ello, diariamente los californianos migran a otros estados más compatibles con el bolsillo. Las medidas gubernamentales para reducir la contaminación ambiental han subido los costos de los combustibles, de los pasajes, de la energía, de las viviendas y de los vehículos.
Lo que resulta impensable en cualquier país económicamente desarrollado, en California, la quinta economía mundial, pasó a ser un asunto cotidiano con la revocatoria del mandato de su gobernador. Los presidentes y los primeros ministros no están sujetos a revocatorias ciudadanas. Pueden ser enjuiciados y destituidos por los órganos legislativos o pueden perder apoyo en el parlamento. Y, en esos casos, abandonan el poder. Newson estuvo cerca de ser echado por los ciudadanos.
En buena hora que Ecuador está lejos de la experiencia californiana. La revocatoria del mandato presidencial sería un elemento que conmocionaría a un país y a un gobierno que no encuentran su destino.
@lftorrest
