Por: Martín Sevilla Holguín
Hemingway siempre fue un hombre de acción. Participó heroicamente en la primera guerra mundial, siendo condecorado por su valentía. También trabajó como periodista en la guerra civil española y en la segunda guerra mundial, estando presente en el desembarco de Normandía y la liberación de París. En busca de nuevas aventuras, insistió en convertirse en un informante para la agencia predecesora a la KGB, bajo el nombre “Agente Argo”. Nunca logró aportar de manera significativa como espía y eventualmente renunció cuando las tensiones entre EEUU y Rusia empezaban a incrementar. En Cuba, Hemingway pidió y obtuvo fondos del gobierno estadounidense para operar a bordo de su barco “Pi- lar” como cazador de “U-botes” Nazi.
Con el paso de los años, las aventuras de su juventud le empezaron a cobrar factura e intentó llevar una vida más tranquila , pero su salud mental se deterioraba rápidamente. El último libro que logró escribir, “El viejo y el mar”, se convertiría en su obra más reconocida y hablaría de la estoica e incansable lucha de un viejo pescador contra las in- finitas fuerzas de la naturaleza. Como el pescador, Hemingway peleó por mucho tiempo, afirmando firmemente el grave acoso que recibía por el FBI, aunque nadie lo tomaba en serio. El archivo des- clasificado confirmó que el FBI realmente lo vigiló por muchos años. Después de tanto tiempo, el mundo pudo conocer y entender realmente la trágica lucha de los últimos años de Ernest Hemingway, el soldado, autor y espía.
Algunos años antes de que Ernest Hemingway se quitara la vida, muchos de sus más cercanos amigos ya empezaban a notar que algo raro le estaba pasando al renombrado escritor norteamericano. El autor vivía en un perpetuo estado de paranoia, seguro de que estaba siendo vigilado muy de cerca por el FBI. Cuando falleció en 1961, muchos atribuyeron su decisión como una respuesta a estos delirios, fruto de una depresión a la que estaba genéticamente predispuesto. Sin embargo, tras una petición de libertad de información en 1983, el FBI desclasificó su archivo sobre Hemingway, revelando nuevos detalles cruciales sobre su vida y muerte.
fuente: El Heraldo