Por: Martin Sevilla Holguín
Con el paso del tiempo, el mundo de la tecnología avanza cada vez más y más, tanto que a veces resulta imposible mantenerse al día con las últimas tendencias, productos y softwares que indudablemente tienen un impacto directo en nuestra vida cotidiana. Este no es solo el caso para nosotros los usuarios, también las grandes empresas encargadas de desarrollar e impulsar dichas tecnologías pueden verse abrumadas debido a la cantidad de tiempo, esfuerzo y recursos que conlleva desarrollar sus productos, por lo que muchas veces terminan comprometiéndose con una idea o concepto cuya relevancia no tarda en disiparse. En octubre del 2021 Mark Zuckerberg, CEO de Facebook (ahora Meta), anunció de forma pública su compromiso por el “metaverso”, descrito como el futuro del espacio virtual y el internet, donde la inmersión sería lograda usando tecnologías de realidad virtual, realidad aumentada y otros avances.
Al final del 2021, se estima que hubo una inversión de más de 10 billones de dólares a través de varias empresas que decidieron comprometerse a Meta para desarrollar sus propias aportaciones al metaverso, queriendo integrar también criptomonedas, NFT’s y ciber propiedades al ya complejo concepto de este mundo virtual. En papel, prometía mucho, pero con el paso del tiempo, mientras esperábamos su lanzamiento definitivo, un problema se hizo evidente con el metaverso y explica perfectamente por qué nunca logró integrarse en nuestras vidas como Meta tenía previsto: Nadie parece estar realmente de acuerdo con lo que significa.
En su búsqueda por grabar definitivamente el futuro de la tecnología en piedra, Meta terminó por comprometerse en una idea, que lejos de estar aterrizada en un software o hardware, se representaba de manera confusa en una ambigua combinación de cualquier tendencia o tecnología relevante en el momento. Este año, muchas grades compañías están anunciando el cierre de sus departamentos enfocados en el metaverso y el mismo Zuckerberg anunciando pérdidas de 13.7 billones. Recientemente, con el anuncio del “Vision Pro” de Apple, parece que por fin tendremos algo más tangible y aterrizado que se asemeja a lo que siempre esperamos del metaverso. Con grandes expectativas de este producto, que se lanzará el próximo año a un precio de 3,500 dólares, es difícil no pensar en el fracaso de Meta y preguntarnos si realmente será la idea de Apple la que definirá el futuro del panorama digital, o si habrá alguna innovación oculta que pronto volverá obsoleta esta promesa tecnológica.