Por: Álvaro E. Sánchez Solís
Hace mucho que no se experimentaba un efecto outsider en las elecciones presidenciales ecuatorianas. La última vez fue con Rafael Correa en 2006, un joven desconocido, con un partido nuevo y con ideas que cautivaron a muchas personas en su momento. En estos días, podríamos estar cerca nuevamente de experimentarlo.
Después de que se hayan publicado las últimas encuestas, varios analistas políticos han coincidido en que, si el correísmo no gana en la primera vuelta, el joven político Jan Topic podría ingresar a una muy reñida segunda vuelta contra Luisa González y, posiblemente, ganarla. Este crecimiento ha preocupado a las fuerzas políticas tradicionales, representadas por un Fernando Villavicencio apadrinado por Guillermo Lasso, una Luisa González apadrinada por Rafael Correa y un Otto Sonnenholzner apadrinado por Lenín Moreno.
El efecto outsider surge principalmente del cansancio que la gente siente por la política tradicional. Rodrigo Borja, al definir este término en su Enciclopedia de la Política, es sencillo, usando las siguientes palabras: «Palabra inglesa que no tiene una traducción exacta al castellano, con la que se suele denominar a quien, estando fuera de los cuadros partidistas y de la vida pública activa de un país, participa por primera vez como candidato en un proceso electoral». El guion del outsider suele ser el mismo: surge un candidato que jamás ha estado en la política —generalmente joven, aunque también hay personas mayores, como Trump—, propone romper con un sistema de política tradicional para presentar una imagen fresca y se destaca por sus formas particulares de hacer política. En el caso de Topic, su principal enfoque ha sido la economía y la seguridad, ya que son sus dos grandes fortalezas y, además, son los problemas más graves de nuestro país.
En definitiva, si Topic llega a la segunda vuelta, podríamos vivir, después de 17 años, un efecto outsider que podría llevar al poder al joven estudiado en Harvard, que ha participado en varias guerras y que es experto en temas económicos y de seguridad. Un político que ninguna de las fuerzas tradicionales vio venir.