Por: Luis Fernando Torres
En 1923 fue condenado y encarcelado por haber promovido un golpe de Estado en la ciudad alemana de las más famosas cervecerías. Nadie imaginaba que, diez años después, se convertiría en Fuhrer, esto es, en el conductor de Alemania, el cabecilla de una banda de extremistas, con dotes de pintor y antecedentes de vagabundo en las calles de Munich. Menos aún que, en 1938, la prestigiosa revista Time de Estados Unidos le otorgara el título de hombre del año. Sin embargo, llegó a la cumbre del poder en 1933, cuando el Presidente Hindenburg le designó Canciller, en consideración a la votación obtenida por el Partido Nazi y en atención a un pedido especial de los 19 magnates de la industria alemana. En 1934 murió el anciano Hindenburg y Hitler consolidó en el título de Fuhrer los cargos de Canciller y Presidente. Inmediatamente recurrió al pueblo que lo legitimó con el 88 % de votos. Fue venerado en el mundo entero durante algunos años. Su prestigio comenzó a deteriorarse con los excesos de su gestión y sus ambiciones imperialistas.
La politizada justicia estadounidense ha condenado a Trump, convirtiéndolo en el primer presidente en haber sido sentenciado por un crimen. La felicidad del fiscal y del juez demócratas, luego que los 12 miembros del jurado, también de corte demócrata, declararon culpable al magnate, no duró mucho tiempo. Al día siguiente del veredicto, Trump amplió la ventaja frente a Biden. La mayoría de los electores llegó a la conclusión que el exPresidente era un perseguido político de los demócratas. Lo sentenciaron por haber pagado, por intermedio de un tercero, con su dinero, no con recursos públicos, a una prostituta de élite para que no revelara un supuesto encuentro romántico cuando Trump era un empresario privado inmobiliario.
El delito se habría configurado por el impacto electoral del pago a la prostituta. Para el fiscal, Trump, con esa operación, influyó en la decisión de los votantes que lo eligieron en el 2017, dado que no pudieron conocer la versión de la dama. En Ecuador, un crimen se este tipo sería motivo de risa, de la misma manera que lo es para la mayoría de electores gringos.
Si Trump gana las elecciones de noviembre será el primer presidente condenado en ser elegido para el cargo político más poderoso del orbe.