Por: Luis Fernando Torres
Por haber dicho, en una revista estadounidense, que Bukele es arrogante, Milei, vanidoso y Petro, diletante, el Presidente Noboa ha sido condenado por la desbordante mayoría legislativa que, desde hace dos meses, no descansa para que Daniel Noboa fracase en su gestión presidencial. Ninguno de los tres mandatarios ha expresado malestar alguno por lo publicado en la revista New Yorker. Sin embargo, esa mayoría decidió convertirse en defensora gratuita de quienes nunca adoptaron la condición de víctimas. La mayoría parlamentaria habló por Milei, Bukele y Petro, sin haberse tomado el tiempo de preguntarles si querían que fueran sus abogados.
La historia reciente del Legislativo ecuatoriano no registra una bajeza internacional parecida. Sólo en personajes con escaso arraigo nacional puede explicarse que, desde la Asamblea Nacional, se desfigure institucionalmente a quien ejerce la jefatura de Estado y de Gobierno, mediante la simulada defensa de presidentes de países extranjeros. La conducta de los integrantes de tal mayoría no sólo es reprochable sino que provoca repudio por la traición a los más altos valores, de respeto a lo nuestro, a lo nacional, que inspiran a los ecuatorianos.
Tal fue la demostración de egoísmo con el Presidente Noboa que ningún integrante de esa mayoría parlamentaria tuvo la decencia de solidarizarse con el magnicidio que se iba a cometer en su contra, por parte de sicarios extranjeros detenidos en la frontera norte. El mismo autor del artículo de la revista New Yorker corrobora tal hecho, luego de recibir la confirmación de un diplomático extranjero.
Con el apoyo ciudadano el Presidente Noboa debe seguir luchando por la seguridad y la reactivación de la economía. Los obstáculos que le siga colocando esa mayoría, debe superarlos y avanzar, animado por lo que dijo el Quijote: “Dejad que los perros ladren Sancho, es señal de que avanzamos”.