Jesús el Buen Pastor, Misa Dominical

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Jesús es el Buen Pastor.  Como tal, además de cuidar y entrenar a los pastores de sus ovejas, también se ocupa directamente de sus ovejas.  Nos dice el Evangelio que, a pesar de que en este pasaje Jesús trató de irse en una barca a un lugar solitario con sus Apóstoles, la gente los siguió por tierra corriendo y llegaron primero que ellos al sitio.  Y Jesús viendo “una numerosa multitud que lo estaba esperando, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles largamente”.

Dejémonos enseñar por el Señor, buscando esos momentos de soledad en los que Él nos explica su Palabra, para poder entonces comunicarla a los demás.

Jesús es el Buen Pastor.  Y El, no sólo cuida de las ovejas cercanas, las que pertenecían al pueblo escogido por Dios desde antiguo, sino que también buscó a las lejanas, a las que no pertenecían al pueblo de Israel, e hizo de todas ovejas suyas, y formó un solo rebaño.

Jesús es el Buen Pastor.  Y, además de unir a sus ovejas en un solo rebaño, también da la vida por ellas.  Y, según nos dice San Pablo (Ef. 2, 13-18)   precisamente formó un solo rebaño muriendo por todas sus ovejas.  “El hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; El destruyó en su propio cuerpo la barrera que los separaba … y los hizo un solo cuerpo con Dios, por medio de la cruz”.

El Salmo de hoy es uno de los Salmos favoritos de los cristianos.  Es el Salmo del Pastor, el Salmo 22, el cual abunda en más detalles sobre el Buen Pastor y nosotros, sus ovejas.

Hemos dicho que la oveja confía plenamente en su pastor.  Por eso, aunque pasemos “por cañadas oscuras” (aunque pasemos por dificultades) “nada tememos, porque nuestro Pastor va con nosotros; su vara y su cayado nos dan seguridad.  Él nos hace reposar en verdes praderas y nos conduce hacia fuentes tranquilas para reponer nuestras fuerzas”.

Por todo esto, hemos repetido en el Salmo y podemos repetirlo a lo largo del día como una oración muy útil a nuestra vida espiritual la primera frase de este Salmo: “El Señor es mi Pastor, nada me falta”

El Señor nos quiere enseñar.  El Señor nos quiere hacer descansar.  El Señor nos quiere preparar.  ¿Cómo quiere hacerlo?  En la oración.  En la oración de recogimiento.  En la oración en soledad.  Aprovechemos al Señor en esos momentos, para luego poder comunicar lo recibido a los demás.  Así podremos cuidar el rebaño, cualquiera que sea el que nos hayan asignado.

Por otro lado, no debemos obedecer la voz de los ladrones de ovejas. De éstos también nos habla el Señor en el Evangelio.  Son los que no entran por la puerta del redil, sino que saltan por un lado de la cerca y tratan de engañarnos, simulando ser pastores para llevarse a las ovejas.

Esos falsos pastores son todos los falsos maestros que confunden, pues nos hablan tratando de imitar a nuestro Pastor, con enseñanzas falsas, que parecen verdaderas, para sacarnos del redil, para sacarnos de la Iglesia, para hacernos perder la Fe que nos enseña nuestro Pastor.  Son todos los predicadores de errores y herejías modernas, contenidas en ese amasijo de falsedades que es el New Age o Nueva Era.

Bien nos advierte Jesucristo: “El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir … Mis ovejas reconocen mi voz … A un extraño mis ovejas no lo seguirán, porque no conocen la voz de los extraños”.

¡Cuidado con las voces extrañas!  ¡Cuidado con confundirlas con la Voz del Buen Pastor!  Se parecen … pero no son.

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