Por: Álvaro E. Sánchez Solís
El pasado 9 de enero del 2023 se cumplieron 23 años del anuncio que abrió paso a la dolarización en el país, realizado por el Presidente de la República, Jamil Mahuad Witt. Este anuncio, en medio de una profunda crisis económica, no logró salvar a Mahuad de ser derrocado, pero salvó al país de una crisis aún peor.
En su momento, se instaló una férrea oposición al gobierno de Mahuad, cuyo gobierno no pudo sostenerse en medio de los embates del Ecuador a finales del siglo XX: Fenómeno del Niño, fuertes pugnas políticas, apremiante situación económica y toma de decisiones complejas, como el feriado bancario.
No obstante, para la dolarización, se debió superar un gran obstáculo constitucional: El artículo 264 de la Constitución Política del Ecuador de 1998 establecía que la unidad monetaria era el Sucre. Con la capacidad de un jurista como Juan Pablo Aguilar Andrade, entonces Secretario Jurídico del Presidente Mahuad, lo lograron y se elaboró la Ley para la Transformación Económica del Ecuador – también llamada Ley Trole I – que le dio el estoque final al sucre y abrió paso a la dolarización.
A día de hoy, cuando imaginamos el hipotético escenario del Ecuador sin el dólar, con todas las adversidades que han sobrevenido – pandemia, torpe manejo económico del Estado, gobiernos estatistas, desastres naturales, entre otros – solemos pintar un panorama sombrío, donde la inflación consumiría las esperanzas de los ciudadanos de progresar, dada la devaluación monetaria sin precedentes y donde tendríamos un Banco Central con una violenta e indiscriminada emisión monetaria.
Por ello, pese a la oposición que en su momento se instaló contra la dolarización, considero que esta medida ha resultado como el gran salvavidas de la economía ecuatoriana, por lo que tenemos que cuidarla y fortalecerla.
@alvarossolis