Hoy, Domingo de Ramos, celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Se llama también este domingo, Domingo de Pasión, pues en este día iniciamos la Semana de la Pasión del Señor.
Este Domingo de Ramos ha tenido lugar la ceremonia de la bendición de las palmas y hemos escuchado la narración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Y ¿qué significan las palmas que con tanto interés vienen todos a recoger? Las palmas benditas recuerdan las palmas y ramos de olivo que los habitantes de Jerusalén batían y colocaban al paso de Jesús, cuando lo aclamaban como Rey y como el venido en nombre del Señor. Las palmas benditas no son cosa mágica. Las palmas benditas que hoy se recogen simbolizan que con ellas proclamamos a Jesús como Rey de Cielos y Tierra, pero -sobre todo- que lo proclamemos como Rey de nuestro corazón. ¡Jesús, Rey y Dueño de nuestra vida!
Sin embargo, si bien con las palmas benditas hemos aclamado a Cristo como Rey, las lecturas de la Misa de hoy son todas referidas a la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo.