Por: Martín Sevilla Holguín
Es evidente que en los últimos años los medios del cómic, novela gráfica y manga han ido ganando cada vez más relevancia y reconocimiento en el colectivo de la cultura popular. Particularmente, ha sido su gradual evolución para contar historias cada vez más profundas y adultas, uno de los elementos críticos en su éxito, evidente en obras como “Watchmen”, “Maus” o “Saga”, que muchos categorizan al mismo nivel de otras grandes obras de la literatura clásica. Partiendo del interés que siempre he tenido en este medio, me puse a investigar sobre sus orígenes y encontré que, a pesar de sus evidentes raíces en la caricatura y otros medios de expresión popular visuales, hay un aspecto muy importante en la historia de este medio que no me imaginaba: el origen de las burbujas de diálogo.
A pesar de que las viñetas (secuencias de imágenes que cuentan una historia) han existido por mucho tiempo, no fue hasta 1890 que se usó por primera vez el icónico recurso de la burbuja de diálogo para representar palabras y sonidos de forma visual. El autor de esta innovadora burbuja fue Richard F. Outcault, autor de la historieta “The Yellow Kid” (El chico amarillo). Outcault, además de ser ilustrador, trabajó también al mismo tiempo para Thomas Alva Edison, algo que a simple vista podría parecer solamente un hecho curioso, hasta que nos fijamos en que Edison fue el responsable de crear el fonógrafo, el primer aparato para grabar y producir sonido. Cuando el fonógrafo se volvió un aparato de uso común, asombró de inmediato al público y no tardó en ser incorporado como una herramienta auxiliar de medios como la música, televisión, radio y cine.
Muchos expertos aseguran que fue a raíz del fonógrafo, un invento a través del cual las personas empezaron a ver la “voz” y el sonido como elementos críticos de la narrativa en el entretenimiento, que el cómic se vio forzado a evolucionar e incorporar dichos elementos para cumplir con esta nueva necesidad de sus lectores. Outcault, que seguramente vivió muy de cerca las primeras iteraciones del fonógrafo, fue el primero al que se le ocurrió plasmar estos elementos trans-diegéticos (que trasciende de su plano original) y con eso dio paso a que el medio del comic pueda evolucionar a lo que es hoy. Es fascinante la forma en la que un invento o nueva tecnología ocasiona que tantos tipos de arte evolucionan en conjunto, incluso algunos puramente visuales como el cómic.