Por: Martin Sevilla Holguín
La semana pasada, la junta directiva de OpenAI (empresa responsable de crear ChatGPT y Dall-E) despidió inesperadamente al CEO Sam Altman, iniciando una de las controversias más grandes de los últimos tiempos en el mundo de la tecnología. Poco después, Greg Brickman, cofundador y presidente, renunció en solidaridad a su socio, una decisión que puso en duda el futuro de una de las compañías más importantes en el desarrollo de Inteligencias Artificiales. La polémica no tardo en escalar, pues los empleados de la empresa empezaron a manifestarse en contra del despido en redes sociales, donde se propagaron muchos rumores sobre las verdaderas razones de la junta. Para entender lo que pasó, es importante conocer sobre los inicios de OpenAI, su razón de ser y como la precipitada evolución de su tecnología ha generado tanto debate e incertidumbre sobre el futuro de la inteligencia artificial.
OpenAI se creó en el 2015 como un laboratorio de investigación, constituído como una organización sin fines de lucro y grandes figuras como Elon Musk. Al principio, funcionaba netamente como un tanque de pensadores, cuya razón de existencia era simplemente el desarrollar tecnologías que ayuden a la humanidad. Eventualmente, se dieron cuenta de que había grandes problemas con este modelo de negocio. Su producto era demasiado costoso, ganó más popularidad de lo esperado y finalmente, no eran los únicos que estaban desarrollando tecnologías de IA. Es por eso por lo que, en los últimos años, el esquema de precios para usar ChatGPT y otros softwares importantes, ha intentado ajustarse y aterrizar en una propuesta mucho más realista.
Con toda la polémica y la presión tanto interna como externa, tanto Altman como Brickman anunciaron esta semana su regreso a la compañía. Esta decisión, que fue tomada tan solo una semana tras el despido de ambos, levantó sospechas en muchos aficionados de la tecnología, que ahora especulan sobre otros posibles motivos que pudieron haber sumado a lo ocurrido. Las redes sociales están llenas de rumores sobre nuevas tecnologías “peligrosas” o debates sobre la privatización de este tipo de tecnologías, todo esto que muestra el gran interés y expectativa del mundo sobre el futuro de la IA.