Por: Martin Sevilla Holguín
Poor Things (Pobres Criaturas) recuerda en un inicio a las clásicas películas del cine de monstruos, específicamente a “Frankenstein”. Cuando empieza, entramos en un Londres gótico, rodado en blanco y negro, con la familiar premisa del científico loco que, jugando a ser dios, ha logrado crear vida en su laboratorio. Todas las similitudes terminan el momento en que conocemos al “monstruo”, una mujer adulta llamada Bella Baxter, que en realidad se comporta como una recién nacida. Encerrada en la casa de su “padre”, el doctor Godwin, Bella crece y se desarrolla rápidamente, llenándose de curiosidad por el mundo exterior. Un día, al conocer en secreto a un hombre que se fascina por ella, Bella toma su primer paso hacia la libertad y en un acto de rebeldía, abandona a su creador, embarcándose en un viaje por el mundo.
El momento en el que empieza su aventura, la película se inyecta de color y vida, mostrándonos una realidad exagerada, como si lo estuviéramos experimentando a través de los ojos de una niña. La escenografía, vestuario y fotografía cobran una importancia narrativa al ser un reflejo de la madurez y evolución del personaje a lo largo de su acelerado desarrollo. Poco a poco, al enfrentarse con las crudas matices de la realidad, Bella se empieza a cuestionar sobre su origen y propósito. Esto hace que se empiece a interesar por la literatura, la filosofía y la política, convirtiéndose en una mujer educada y sabia, cada vez más parecida a su padre. Al final, tanto el lenguaje visual como la madurez de la trama reflejan un significado más profundo para la cinta, con una Bella que regresa de su viaje cambiada, con un nuevo sentido de independencia y fuerza.
Yorgos Lanthimos, el director, es conocido por su estilo cruel y crudo, que indudablemente aparece de sobra en Poor Things. Sin embargo, en esta película, lejos de sentirse sensacionalistas o innecesarias, son estas escenas explícitas e incómodas las que mejor funcionan para contar la historia de vida de Bella Baxter. Eso es finalmente lo que logra hacer Poor Things, volver a enfrentarnos con esas fuertes emociones, tanto positivas como negativas, que indudablemente son parte del desarrollo de cualquier persona. Con un excelente reparto, guion y dirección artística, la cinta ha sido aclamada por la crítica y estoy convencido que tendrá mucho éxito en esta temporada de premios, por lo que recomiendo mucho verla ahora que está en cines.
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