El comercio informal afecta y molesta a varios ciudadanos, que aseguran que es necesario un plan definitivo para la erradicación de las ventas informales. Ante ello, las autoridades municipales han iniciado un “control” de comerciantes que se ubican en las aceras de las calles y avenidas del centro de la ciudad.
Sin embargo, para varios comerciantes catastrados, el supuesto control no iría más allá de un simple aviso “que se retiren” y nada más. “No es necesario causar daño o agresiones, pero hay que ser claros que la mayoría de las personas que se dedican a vender productos como informales, son de dudosa procedencia, ya que son extranjeros que en las noches aparecen libando o robando”, dijo uno de los comerciantes.
Gabriela Hidalgo, directora del Departamento de Servicios Públicos del Municipio de Ambato, confirmó que existen varios puestos vacantes en diferentes mercados y plazas de la localidad. “Al momento se trabaja en la reforma o actualización de la Ordenanza de Plazas y Mercados, para que se pueda dar las facilidades a todos los vendedores, especialmente para aquellos que necesitan un espacio digno para laborar”, contó.
Hay que indicar que, entre los mercados con mayor porcentaje de puestos libres o vacantes, es el Mercado Colón; sin embargo, dichos espacios están vacíos a raíz de la pandemia, cuyos vendedores decidieron retirarse de sus actividades y otros enfermaron.
Asimismo, Hidalgo, señaló que no existe tanto interés de los ciudadanos en ingresar a este espacio, pero para los otros centros de acopio si hay pedidos.
Frente a lo expuesto, María Chango, vendedora ambulante de prendas de vestir, dijo que la situación no le ayuda a permanecer dentro de un espacio cerrado, ya que a diario apenas gana entre dos y cinco dólares, dinero que le sirve para su alimentación y la de su familia. “Una vez dentro de los mercados debemos pagar arriendo, servicios básicos, guardianía y más impuestos. No hay dinero para nada”, dijo.