Por: Álvaro E. Sánchez Solís
En la actualidad, vivimos en un mundo donde el caos y la inestabilidad parecen ser la nueva normalidad. Sin embargo, es importante recordar que este escenario no es casualidad, sino que hay intereses detrás de él.
El caos provoca inestabilidad y hay gente a la que le conviene esa inestabilidad. El caos es conveniente cuando se es un delincuente que pretende desviar la atención de las autoridades, mientras se lleva a cabo actividades ilícitas. También es beneficioso para aquellos políticos que buscan aprovecharse de la confusión para impulsar sus propios intereses y agendas. Los incendios de la capital son una muestra de cómo protervas intenciones pueden caotizar a una ciudad entera.
Pero ¿qué pasa con el ciudadano común y corriente? ¿Qué pasa con aquellos que solo buscan vivir en paz y seguridad? El caos les trae solo inquietud, miedo e incertidumbre. La inestabilidad económica, social y política afecta directamente su calidad de vida y su futuro.
Es hora de reflexionar sobre los verdaderos responsables de este caos y de exigirles cuentas. Es hora de demandar transparencia y honestidad. Es hora de trabajar juntos para construir un futuro más estable y seguro para todos.
No podemos permitir que el caos se convierta en nuestra realidad permanente. Debemos buscar soluciones y no simplemente aceptar la inestabilidad como algo inevitable. La paz y la seguridad son derechos fundamentales que debemos proteger y defender.
Contacto: alvaro.sanchez2000@hotmail.com