Por: Luis Fernando Torres
Después de décadas oscuras de hiperinflación y abultados déficits fiscales, Argentina ha visto la luz con una inflación más moderada y un manejo controlado de las cuentas públicas. De la recesión está por pasar la economía a un crecimiento el próximo año. Está pagándose la deuda pública y se ha abierto financiamiento internacional de los organismos multilaterales. Ha bajado el riesgo país.
Un año le ha tomado al Presidente Milei la ubicación del tren sobre los rieles. El 2025 estará en movimiento. El descarrilamiento ocurrido en los gobiernos peronistas quedará como un mal recuerdo. La inflación de 200% ha bajado a la mitad y el 2025 caerá a la cuarta parte.
Con minoría en el Congreso y en el Senado, el gobierno de Milei consiguió que el Legislativo le otorgara plenos poderes para instrumentar el plan económico y hacer de la administración pública un ejemplo de eficiencia. Ha eliminado gastos y subsidios innecesarios. Y anuncia la derogación de noventa impuestos ineficientes para que el Estado conserve únicamente los impuestos que más rinden.
Recientemente, el Mercosur, con el impulso de Milei, se integró al mercado común de la Unión Europea, con lo cual Argentina tendrá un horizonte exportable más amplio. Sólo falta la aprobación de algunos parlamentos europeos para que esa alianza del libre comercio sea una de las más grandes del mundo.
En un año, el pintoresco gobernante argentino ha hecho lo que ninguno de sus antecesores pudo conseguirlo. Sus fuertes convicciones libertarias explican por qué ha transitado por un camino, sin desviarse, a pesar de la oposición y las críticas. Si cercana relación con Trump se espera que rinda beneficios comerciales al país gaucho.
Del presidente Noboa se puede decir algo parecido. En un año saneó las finanzas públicas, fortaleció la dolarización, alivió el peso de la deuda pública, le abrió al país al financiamiento internacional. El descarrilado tren de la economía nacional pudo moverse nuevamente sobre rieles seguras, inclusive, con apagones.
