Por: Álvaro E. Sánchez Solís
La democracia en Venezuela se encuentra en una encrucijada. Las elecciones presidenciales de 2024, en las que Edmundo González Urrutia fue declarado ganador por la oposición y varios países, han generado un conflicto político sin precedentes. A pesar de que González obtuvo el 67% de los votos, según las actas electorales verificadas por expertos y organizaciones internacionales, el régimen de Nicolás Maduro se niega a reconocer su victoria.
La situación es aún más compleja debido a la falta de transparencia y la represión ejercida por el régimen. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la dictadura venezolana ha empleado «prácticas de terrorismo de Estado» para reprimir las protestas sociales y consolidar su poder.
En este contexto, la visita de Edmundo González a Ecuador, donde fue recibido con honores por el gobierno ecuatoriano, es un gesto significativo de apoyo a la democracia en Venezuela. La condecoración que recibió González, la Orden Nacional al Mérito, es un reconocimiento a su lucha por la restauración de la democracia en su país. Con este gesto, Ecuador reafirmó su compromiso de situarse en el lado correcto de la historia y respaldar una salida democrática a la situación venezolana.
La comunidad internacional debe seguir apoyando a la oposición venezolana en su lucha por la democracia y la justicia. La situación en Venezuela es un recordatorio de la importancia de defender los valores democráticos y los derechos humanos en todo el mundo. Es fundamental que los gobiernos y organizaciones internacionales continúen ejerciendo presión sobre el régimen de Maduro para que respete los resultados electorales y permita la transición pacífica del poder. Solo a través de la unidad y la solidaridad internacional se puede lograr la restauración de la democracia en Venezuela y garantizar un futuro más próspero y seguro para su pueblo.
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